La tecnología domina nuestras vidas y puede que a ti también te resulte imposible salir a la calle sin el smartphone, pero es aún peor cuando sabemos que las ondas que producen estos aparatos electrónicos son malas para nuestra salud. Las ondas electromagnéticas siempre han estado en el punto de mira de los estudios de salud, ya que algunas enfermedades que se están popularizando pueden estar relacionadas con estas y surge una gran pregunta...¿Puedes ser alérgico al Wi-Fi?
El Wi-Fi no es sin no una onda electromagnética que atraviesa todo tipo de superficies, incluso nuestro cuerpo, lo que nos hace plantearnos si estas ondas que no están en la naturaleza son o no nocivas para nuestra saludo.
¿Eres alérgico al Wi-Fi?
La Tierra también produce campos electromagnéticos por los que se guían las aves o nos protegen de la radiación solar entre otras cosas, pero ahora existen otras ondas que no son naturales y pueden ser perjudiciales para nuestra salud, las de las redes Wi-Fi.
Smartphones, tablets, computadoras, radio, televisión entre infinidad de dispositivos emiten este tipo de energía, pero la escala de algunos de estos es tan pequeña que es poco probable que en toda nuestra vida nos llegue a afectar, pero...¿qué ocurre con las redes Wi-Fi que tenemos constantemente a nuestro alrededor?
Hoy en día podemos encontrar redes Wi-Fi en las zonas rurales más alejadas, cafés, bibliotecas, hoteles o macro redes Wi-Fi urbanas en las grandes ciudades, por lo que cada vez se hace más imposible la tarea de mantenernos aislados a la exposición de estas ondas electromagnéticas.
Debido a estas ondas que no provienen de la naturaleza, se están dando casos reales de nuevas alteraciones de nuestro cuerpo como la EHS, la hipertensión electromagnética que produce una hipersensibilidad a este tipo de ondas en algunas personas.
Hipertensión electromagnética, ¿La enfermedad del Wi-Fi?
El EHS no tiene un diagnostico claro, pero generaliza a un gran número de personas que sufren síntomas no específicos y que no pueden ser explicados por motivos biológicos como dolores de cabeza, náuseas o dificultad al dormir y que desaparecen al mantenerse alejados de este tipo de campos.
Una investigación que está siendo realizada por el Australian Centre for Electromagnetic Bioeffects trata de averiguar si estos efectos son reales y se tratan de un gran problema creciente a nivel mundial y que podría derivar en enfermedades graves.
Varias asociaciones están tratando de legitimar el EHS como una condición causada por la energía electromagnética, pero tendremos que esperar para saber más sobre el asunto y que en el caso de que sea algo real que nos esté afectando, que los gobiernos de todo el mundo se movilicen para combatirla, algo que, como ya sabemos, podría llevar décadas.
La separación entre una paranoia naturalista y una enfermedad real cada vez se hace más grande y parece que la ciencia acabará por reconocer la EHS, aunque mientras tanto los afectados esperen sin el tratamiento adecuado.
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